Ocho o diez

El vigilante de seguridad camina mirando hacia el suelo, he contado que levanta la cabeza cada 8 o 10 pasos, de nuevo la baja.
El cinturón le queda apretado, sobre él cuelga la barriga, esa que descuidó cuando se acomodó sentimentalmente.
Calculo que le quedarán 8 o 10 años para jubilarse, y lo espera con ansiedad.
Hoy se vota una rebaja fiscal que ha tenido repercusión a nivel nacional y los medios de comunicación comienzan a llegar, ya son 8 o 10 periodistas entre redactores, cámaras y fotógrafos; cuando el pleno comience serán más.
Todos esperan la llegada del presidente y por el revuelo que se forma parece estar llegando.
El vigilante saca pecho y mete barriga, se pone firme, llegan varios compañeros suyos que sumados a la seguridad privada del mandatario suman 8 o quizá 10.
Efectivamente, el presidente llega y todos se acercan a él, unos para hacer preguntas y obtener declaraciones, otros para que no se hagan preguntas ni se obtengan declaraciones, unos caminan hacia adelante, otros hacia detrás.
Tras el debate entre los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios, se procede al voto, no dura más de 8 o 10 minutos. Se aprueba la bajada de impuestos.
Salgo del pleno y acudo a la sala de prensa, envío las fotos, recojo y me voy.
A la salida una ruidosa protesta de taxistas andaluces, lo hacen según ellos, por la competencia desleal de las compañías VTC.
Cojo mi móvil pido un Uber, el precio es cerrado, 8.10€ para llegar a casa.